



Miren estas tres fotografías. La primera es un letrero de la calle de Pedro Rico, alcalde que
fue de la Villa y Corte, difícilmente legible, porque algún “artista” ha tirado de bote y ¡zis, zas! hecho. Pues, así lleva meses y meses. ¿Se espera a que el agua de lluvia realice el milagro de su restauración y se lave el solito? La siguiente, otro letrero indicador también pintarrajeado y el tercer poste totalmente ilegible.

Esta fotografía es la de un banco, bueno lo que queda de lo que fue un banco, porque alguien o algunos se han dedicado a romperlo y dejarlo en tal estado. Tras permanecer así varias semanas, ha desaparecido y el lugar que ocupaba permanece vacío esperando la llegada de un sustituto en perfectas condiciones.

¿Se sienten cansados? Tranquilos, hombre, mujer, tranquilos, tranquilas. Pueden descansar un ratito en tan magnífico colchón que alguien ha dejado caer como, por descuido, disimulando, ¿quizá con nocturnidad? Solo estuvo tres-cuatro días. Fue retirado no sé por quien. Todos deberíamos saber que los servicios municipales colocan en los portales, cada muy poco tiempo, el aviso de recogida de muebles y trastos viejos. Colaboremos.

Y esta señora ¿qué hace? Con que tranquilidad cruza la calle. ¿Pero no se ha fijado en el coche que tiene enfrente que la impide el paso? Seguro que no la importa, está ya acostumbrada y su abrigo, de paso, limpiará por rozamiento, el vehículo tan indebidamente aparcado por un despreocupado conductor harto de no encontrar un lugar para dejar su coche.

Vamos terminando, pero material hay para dar y tomar. Miren estos pilotes. Permanecen más tiempo arrancados que de pie. Los servicios municipales correspondientes parece que no lo ven. Y si lo ven tardan y tardan en reparar tanto desperfecto en una ciudad, que repito, nos da la sensación de estar abandonada. ¿Más rapidez!, ¡más rapidez!, por favor. Madrid tiene que ser ejemplo de ciudad limpia y aseada no solo en el Centro, sino en todos sus barrios.
Quiero terminar estos comentarios gráficos con un párrafo que leí hace unos días del maestro de periodistas Manuel Martín Ferrand “Este pasado sábado, poco después de las ocho y media de la tarde, en la calle Fuencarral, sólo en el tramo comprendido entre el cruce de la calle de la Beneficencia y el de la Farmacia, en la que se alza la Real Academia que le da nombre a la vía, llegué a contar seis varones, seis, en muy poco recatada actitud mingitoria. Un policía municipal amonestaba al conductor de un coche aparcado en segunda fila sin advertir, o querer advertir, a los meones que —¡San Isidro nos ampare!— marcaban el estilo y el tono de la calle. Los gamberros de la calle Fuencarral actúan con la pasividad de Gallardón”...
No hay comentarios:
Publicar un comentario