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06 julio, 2007
Varamiento de cetáceos, la sangría que no cesa
Algo más de 800 ballenas se ven atrapadas cada año en nuestras costas, donde acaban sus días si no se consigue reorientarlas y dejarlas en mar adentro.
De este número de cetáceos solamente logran salvar sus vidas o sobrevivir un escaso 8 por ciento, y esto gracias a las ayudas de más de 500 voluntarios que dedican sus loables esfuerzos para velar por la seguridad de los cetáceos.
El fenómeno del varaje de estos enormes cetáceos, que pueden pesar más de 150 toneladas, es cada vez más frecuente y casi nos estamos acostumbrando a verlo con normalidad. ¿Razones para que ocurra esto?, pues varias: el intenso tráfico marino, la contaminación de los mares, las enfermedades propias y la desorientación y pérdida de rumbo.
Se cifra en un 85% el número de ballenas que mueren antes de que se pueda acudir en su socorro y salvamento. Sin embargo, la supervivencia del resto se ha visto incrementada en los últimos años al ponerse en marcha servicios de atención veterinaria que desarrollan su trabajo gracias a diversas Ongs y también a grupos de desinteresados ecologistas. Existen numerosos centros de coordinación distribuidos por todas las comunidades costeras españolas, estando la mayoría de ellos gestionados por la Sociedad Española de Cetáceos.
La ballena tiene un corazón del tamaño de un pequeño coche utilitario. Un cuerpo recubierto de una espesa capa de grasa que le permite mantener una temperatura entre 36-37 grados, aunque la temperatura del agua sea muy fría. Las hembras son más grandes que los machos, y dan a luz una cría cada 2 o 3 años. El ballenato sabe nadar perfectamente cuando nace y tarda de 4 a 10 años en llegar a ser adulto. El primer año lo pasan mamando la muy nutritiva leche de la madre y ganan diariamente unos 50 kilogramos de peso. Estos animales son los más grandes de la tierra.
CAMBIO CLIMATICO
¿Cuántas mentiras nos están colando un día sí y otro también sobre el cambio climático? Ni se sabe. Pero también cuantas verdades sobre lo mismo. ¿Verdades y mentiras? Todo junto y revuelto, pero el cambio climático debido a las acciones de los hombres existe. ¡Vaya que existe! Hay que determinar la magnitud del problema, y esto es obra y trabajo de los científicos quienes tendrán que hacerlo olvidándose de los intereses políticos que existen y están ahí. Países muy desarrollados tecnológicamente no tienen ningún interés por el tema. Lo estamos viendo todos los días.
Estos países que hacen oídos sordos son los mayores emisores de CO2 y a los que más interesa propagar que el cambio climático no es tan importante como pretenden hacernos comprender los verdaderamente entendidos en la materia. También la docencia universitaria está muy interesada en publicar estudios previamente subvencionados para demostrar lo contrario y llegar a vencer y determinar la magnitud de no conocer la atmósfera que a todos nos gustaría tener. ¿Se logrará algún día? ¿Estamos todavía a tiempo de ponernos a trabajar intensamente en el empeño? Pues, ¡vamos ello, ya!
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