Así se manifiesta Ecologistas en Acción al estar en contra de los circos
donde se trabaje con todo tipo de animales, pidiendo a los ciudadanos que dejen de acudir a estos espectáculos.
Añade esta ONG ecologista, en un comunicado, que muchos circos utilizan animales salvajes en cautividad para sus actuaciones, tales como osos, elefantes, tigres, monos, leones y un largo etcétera.
El comportamiento en cautividad de estos animales salvajes está lleno de
características anormales; se ven obligados a traslados de un lugar a otro, encerra-dos en jaulas, en las que apenas tienen movimientos y en las que han de comer y hacer sus necesidades. En los camiones en que se les transporta han de soportar
condiciones climatológicas muy adversas a sus características fisiológicas, argumentan los conservacionistas. La forma de estancia y confinamiento de estos animales en los circos está totalmente
opuesta a las necesidades del animal, constituyendo en sí un maltrato desde
un punto de vista fisiológico y etológico.
Por otra parte, señalan que les consta la existencia de denuncias sobre el maltrato que sufren estos animales en los entrenamientos a que se les somete, procediéndose a la extirpación de garras en los felinos, de dientes incisivos en los chimpancés, así como utilización de varas, palos y látigos para someterlos y tratar con ello de evitar accidentes.
Sería conveniente que la sociedad se planteará si es necesario el sufrimiento de
estos animales para su propia diversión. Ecologistas en Acción considera que
este tipo de espectáculos no están en consonancia con una sociedad que avanza
hacía el respeto y la convivencia. Resultando hasta contraproducente en la educa-ción sobre los animales que reciben los niños con la asistencia a estos espectáculos. De hecho los circos más progresistas buscan la audiencia mediante la destreza de sus artistas y no mediante la explotación animal.
Actualmente España, a diferencia de otros países europeos, carece de una legislación específica que regule las condiciones de vida de los animales en los circos.
Cada vez son más los países que prohíben los circos con espectáculos animales:
como Canadá, Finlandia, Suiza, Suecia, Dinamarca, o el caso más reciente de
Río de Janeiro (Brasil). En España ya existe algún municipio, como el de Barcelona,
que prohíbe la utilización de animales salvajes. Por ello, terminan pidiendo un circo sin animales.