En su artículo “Diálogos de belleza” para Escritores por la Tierra, dice Joaquín Araujo, “¿Conoce alguien a alguien que no se haya sentido por lo menos bien, cuando no emocionado, contemplando el derredor, el paisaje, saliendo de la inmediatez individual?”
Madrid, febrero 2008.- Me suelo emocionar cada tarde al contemplar desde mi pequeña terraza, las puestas de sol en estos atardeceres invernales. Cuando no hay nubes o estas son escasas mirar al astro Rey es tarea imposible salvo que no temamos que nuestra retina quede dañada. Sin embargo, para enfrentarme a tan potentísimo foco recurro a una modesta y pequeñísima cámara fotográfica, más parece una simple tarjeta bancaria y, a través de su pantalla digital, puedo encuadrar una puesta de sol y sorprenderme antes y después de captarla. Antes porque ya veo en la pantallita la descomposición que se efectúa. Y después porque lo que ve el objetivo y veo yo, va a ser lo que va a quedar grabado en la tarjeta fotográfica.
He efectuado diversas pruebas con otras cámaras más sofisticadas y no me ocurre este fenómeno. En el cielo prácticamente no había nubes. Contaminación, la normal de todos los días en la gran ciudad. Pero los rayos solares al incidir en el diminuto objetivo de foco fijo, se conocen que se descomponen y se logran estos resultados que no dejan de ser sorprendentes y hasta del más puro surrealismo o mas modestamente, impresionismo moderno.
Este raro fenómeno que les presentamos hoy en La Ventana de Infoecologia, haciendonos eco de las palabras del maestro Araujo, pretendiendo que los lectores puedan disfrutarlo como lo hicimos nosotros en su momento, tiene un nombre: efecto Sabater o solarización. Práctica o arte practicado hace años en peliculas blanco y negro al ser positivadas.Estas fotografías no son una solarización completa, pero tienen un alto porcentaje de ella.
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