Buscar este blog

25 octubre, 2017

Humanos con formación digital y máquinas éticas: los retos de la actual revolución tecnológica. Por (*) Francisco González


Quienes, como es mi caso, hemos sido testigos del arranque de la era digital -comencé mi vida profesional como programador-, estamos permanentemente imbuidos de un sentimiento de fascinación ante los continuos avances de la informática. En cambio, quienes han nacido en un mundo ya poblado por ordenadores, y envuelto en la web, toman su existencia como algo absolutamente natural, completamente integrado en su vida diaria. Esas vivencias tan diferentes a distancia de no más de dos generaciones son muestra de la transformación interna y los efectos de una familia de tecnologías que han desencadenado una profunda revolución socioeconómica, uno de esos raros procesos que representan un cambio de primera magnitud en la trayectoria de la humanidad.
Dos variables caracterizan esta revolución. Una es el breve intervalo temporal entre la constitución del campo científico y su traslación a innovaciones incrementales. Frente a disciplinas como la física y las matemáticas, la informática es un campo de conocimiento joven. La otra variable es el hecho de que la informática es una “tecnología universal”, frente a las llamadas “tecnologías dedicadas” a una reducida gama de funciones especificadas expresamente en su diseño. La universalidad del ordenador, su carácter intrínsecamente abierto y ubicuo, explica su penetración masiva.
Además, la informática establece una relación de retroalimentación con todo aquello que toca: cuanto más avanza el conocimiento en todos los ámbitos con el concurso de la informática, más progresa la propia informática, que recibe insumos de disciplinas tan variadas como la ciencia cognitiva, la lingüística, la lógica, la psicología o la física.
El origen de esta revolución tecnológica no está muy lejano en el tiempo. El crecimiento inflacionario de la informática comenzó hacia los años treinta del siglo XX, resultado de una interacción inusualmente estrecha entre industria y academia. La necesidad de calcular más y mejor hizo que a mediados del siglo pasado se empezara a reemplazar a las personas especializadas en elaborar tablas por las primeras máquinas computadoras, un proceso de automatización que rápidamente ganó velocidad. Las necesidades de procesamiento de datos e información de las grandes organizaciones -muy especialmente del ejército- tuvieron un papel muy significativo en el arranque de esta etapa de la informática, y corrieron en paralelo a los avances científicos.
En pocos meses se cumplirán setenta años de la publicación de Una teoría matemática de la comunicación, la obra en la que Claude Shannon identifica la unidad fundamental de la información como una situación binaria: cero/uno, on/off… el bit de información. En esa misma época, y también en el mismo sitio -los Laboratorios Bell, integrados en una empresa, no en una universidad, tres físicos que buscaban alternativas a las válvulas de vacío empleadas en las hasta entonces gigantescas computadoras inventaron el transistor, contribuyendo con ello al despegue de un campo científico que iba a ser -y continua siendo hoy- fundamental para la industria electrónica. Muchos desarrollos teóricos -no solo aplicados- ocurren hoy en compañías del universo digital y de las telecomunicaciones; se tienden así puentes entre la academia y la empresa, con ganancias para ambas.
Guiada por la necesidad, y por la impredecible demanda de sus usuarios, la informática ha crecido hasta convertirse en la tecnología transformadora que es hoy. Poniendo la información al alcance de todos, y gracias al abaratamiento de los dispositivos, la informática está demostrando ser una tecnología altamente democratizadora, de enorme impacto en prácticamente todos los estratos sociales. Una tecnología capaz tanto de infiltrarse en las tareas cotidianas -hacer una transferencia bancaria desde nuestro móvil-, como de alterar la organización de las empresas, el consumo, la comunicación, el entretenimiento, la generación de conocimiento, el cuidado de la salud y las relaciones personales.
En particular el ámbito de la empresa está sometido hoy a un proceso de cambio imparable. El perfil de los tradicionales sectores económicos se está haciendo progresivamente borroso o permeable, con empresas originarias de un sector adentrándose en otros, cambiando la gama de bienes y servicios que venían ofreciendo.
Agilidad y capacidad de respuesta a las expectativas de clientes y “stakeholders” son vectores fundamentales asociados al nuevo entorno y cultura digital de la sociedad, con valores muy distintos de los de un pasado no distante. En BBVA estamos convencidos de que debemos ir mutando a ritmo acelerado hacia una empresa digital multiservicio, lo que involucra cambiar el modo de organización, los perfiles profesionales, la cultura, el dominio de la tecnología, la paleta de productos que diseñamos, haciéndolos accesibles desde cualquier lugar y por múltiples canales y, también, la transparencia y estándares éticos que exige la sociedad digital del presente.
Esta visión ha ido tomando forma entre nosotros desde hace ya diez años. Pero queremos ir más allá, aprendiendo de empresas líder de otros sectores, empresas jóvenes de todos los tamaños que han surgido en la era digital y que han hecho de la información, el conocimiento y la comunicación la base para el diseño y entrega de servicios altamente personalizados, bastantes de ellos inexistentes unos pocos años atrás.
Sabemos, por supuesto, que ninguna transformación radical está exenta de retos. El primero y fundamental es de naturaleza conceptual: necesitamos entender bien dónde estamos, y cuál es la dirección del cambio.
Cohabitar el planeta con computadores
Nos encontramos a las puertas de rebasar con mucho lo que Herbert Simon, premio Nobel y uno de los padres de la Inteligencia Artificial, predijo hace varias décadas: cohabitar el planeta con computadores. Hoy esos computadores están muy próximos a las funciones más humanas, las de la inteligencia. Al acercarnos a esos niveles de actuación inteligente hemos tomado conciencia de que precisamos dotar de criterio ético a las máquinas más sofisticadas.
A escala social, otro de los retos colectivos de mayor envergadura es el riesgo del aumento del desempleo. Con las nuevas tecnologías, un número creciente de tareas serán desempeñadas, con toda probabilidad, por máquinas o sistemas inteligentes. La solución pasa por fomentar, mejorar, adaptar, impulsar al máximo, la formación. Solo así podrá suceder lo ya observado en periodos de transformación anterior derivados de la introducción de nuevas tecnologías: la aparición de nuevos perfiles y funciones que mejoran las condiciones de vida del conjunto de la población.
Para convertir los retos de esta revolución digital en oportunidades, es preciso ofrecer a las futuras generaciones los conocimientos y habilidades que les permitan adaptarse a los nuevos perfiles profesionales que reclaman los sectores productivos.
Sirvan de inspiración los seis jóvenes, menores de treinta años, ganadores de la primera edición de los Premios de Investigación Sociedad Científica Informática de España-Fundación BBVA. Ellos han sabido detectar las inmensas oportunidades que les ofrece su campo, y las han aprovechado con éxito.
Nuestra Fundación tiene como fin prioritario promover y difundir el conocimiento de base científica. Es un objetivo que perseguimos mediante varías líneas de actividad, entre las que destacan nuestros programas de ayudas a equipos de investigación y las Becas Leonardo a investigadores y creadores, así como varias familias de premios.
A los que ya dedicamos a la Física y las Matemáticas, sumamos ahora los Premios de Investigación Sociedad Científica Informática de España-Fundación BBVA, con los que expresamos nuestra convicción de que la ciencia informática es en la actualidad un campo de interés preferente, que debe serlo aún más.
Los trabajos de los jóvenes informáticos galardonados incluyen sistemas que permiten medir la compatibilidad de un trasplante hepático; el más sofisticado tratamiento digital de imágenes; la optimización del rendimiento de los procesadores y ordenadores; la utilización de big data para luchar contra enfermedades; y la generación automática de predicciones meteorológicas comprensibles para todos. Son aportaciones que fortalecerán aún más el poder transformador de las tecnologías informáticas. Reconociendo a sus autores, dando visibilidad a las personas que de manera sobresaliente desplazan hacia delante las fronteras del conocimiento y su aplicación, buscamos transmitir al conjunto de la sociedad y a los decisores públicos y privados, a los creadores de opinión, que el conocimiento importa, y mucho.

27 abril, 2017

Michael Graetzel, uno de los tres químicos más citados del mundo, nuevo académico de ingenieria (RAI)

Michael Graetzel, uno de los tres químicos más citados del mundo y pionero en renovables y sistemas de almacenamiento de energía eléctrica,  ha sido investido como Académico Correspondiente de la Real Academia de Ingeniería de España (RAI).


Este catedrático de Física Química en la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza), dirige el laboratorio de Fotónica e Interfaces, reconocido como uno de los más punteros en el desarrollo de energías renovables a nivel mundial y es el descubridor de un nuevo tipo de célula solar fotovoltaica que imita con éxito la reacción que ocurre en las plantas, de forma natural, durante la fotosíntesis.

Se trata de las denominadas células sensibilizadas por tinte o más comúnmente “células de Graetzel”, que actualmente se venden por distintas compañías a escala de megavatios: estas células han abierto nuevas perspectivas frente a las hoy más utilizadas de silicio, ya que son de muy bajo coste y de fabricación simple. Además, son flexibles y de muy poco peso y  estas características las hace ideales para paneles de vidrio integrados en edificios o para alimentar dispositivos electrónicos portátiles como teléfonos, ordenadores o pequeños electrodomésticos, recuerda la institución académica.

Células basadas en perovskita

El profesor Graetzel ha sido también codescubridor de las células fotovoltaicas basadas en perovskita que han despertado un interés inusitado de la comunidad científica e industrial.
De hecho, en un tiempo récord se han conseguido eficiencias equivalentes a las de silicio policristalino (>22%) y cuando se resuelvan los problemas de degradación y fabricación a gran escala que todavía tienen, pueden dar lugar a un cambio de paradigma en la transformación de energía solar debido a su mayor insensibilidad a la temperatura, buen funcionamiento a baja radiación, posibilidad de fabricación sobre sustratos flexibles y de nuevo su muy bajo coste y práctica ausencia de límites de sus componentes.
Michael Graetzel es uno de los tres químicos más citados del mundo, con cerca de 1.200 artículos publicados, decenas de ellos en revistas como Nature o Science.
Con 72 años, el profesor Graetzel se mantiene completamente activo con viajes continuos por todo el mundo y trabajando en nuevas propuestas relacionadas con la fotosíntesis artificial para la captura de CO2, la producción de H2 y de carbohidratos y el almacenamiento de energía eléctrica en nuevos tipos de baterías.
Hace tan solo unos días se ha anunciado que el profesor Graetzel ha sido el ganador del prestigioso Global Energy Prize en la edición 2017.
Además de sus varias candidaturas al Premio Nobel, entre sus anteriores y múltiples premios y distinciones, hay que destacar sus diez doctorados “Honoris Causa” en universidades de todo el mundo, el Premio Paracelsus de la Sociedad Química Suiza, el Premio Rey Feisal Internacional de Ciencias, entre otros. Efeverde

27 febrero, 2017

El #MWC en vivo desde EFEfuturo www.efefuturo.com

31 enero, 2017

IV Premio-Beca de Jóven Periodismo Ambiental

This note is published. Editar nota
SIGNUS, EFEverde y EFEescuela convocan su IV Premio-Beca de Jóven Periodismo Ambiental
Madrid (EFEverde).- Aprender periodismo ambiental desde una perspectiva eminentemente práctica bajo la tutela de profesionales especializados es lo que ofrece el Premio-Beca de Joven Periodismo Ambiental, cuya cuarta edición acaba de convocar el Sistema Integrado de Gestión de Neumáticos fuera de Uso (SIGNUS) y EFE.
Para optar a esta beca los aspirantes, estudiantes de los dos últimos cursos de grado o postgrado, deberán elaborar una infografía periodística sobre la gestión de los neumáticos fuera de uso (NFU) y la labor de SIGNUS Ecovalor.
Los trabajos se deberán remitir hasta las 13:00 horas del próximo 17 de febrero en formato digital al correo de EFEescuela escuela@efe.es con la referencia BECAS EFE/SIGNUS.
Las infografías deberán ser inéditas, no habiéndose presentado antes a otros premios o reconocimientos.

Especialización en periodismo ambiental

Aprende periodismo ambiental con una beca de 7.200 euros gracias a SIGNUS y EFEverde
El ganador obtendrá una beca de 7.200 euros brutos al año para, tutelado por un profesional de EFE, recibir formación práctica en periodismo ambiental en EFEverde, la dirección de información especializada en medioambiente y sostenibilidad de la Agencia.
Un jurado integrado por representantes de SIGNUS, EFEescuela y EFEverde analizará los trabajos pudiendo seleccionar varios finalistas y entrevistar a los aspirantes, si lo estimase necesario.
La convocatoria desarrolla un acuerdo de colaboración para el impulso de la información ambiental y sobre la economía circular suscrito entre EFE y Signus.
Los trabajos presentados podrán ser dinamizados en redes sociales y otros soportes en internet, por los organizadores.
Las bases completas de la convocatoria pueden consultarse en www.signus.es, www.efeescuela.es, www.efeverde.com y www.efefuturo.com
SIGNUS, es el sistema integrado de gestión de neumáticos usados y desde su creación ha gestionado más de un millón de toneladas de estos materiales, el equivale al asfaltado de más de 2.000 km de carreteras, a 2.750 campos de césped artificial. EFE al